Cuando era joven, yo a mí me decía:
¡Cómo pasan los días, día a día,
sin nada conseguido o intentado!
Mas, viejo, digo, con el mismo enfado:
¡Cómo, día tras día, todos son
sin nada hecho y sin nada en la intención!
Así, naturalmente, envejecido,
diré con igual voz e igual sentido:
un día vendrá en el que no
diré ya nada.
Quien nada fue ni es no dirá nada.
Fernando Pessoa. Tr. Ángel Crespo.
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