viernes, 18 de marzo de 2011

La conquista del mundo y Alexandre en el siglo XXI

Me tiene un poco frustrado el asunto de tener que escribir una monografía sobre el Libro de Alexandre. La frustración que padezco tiene una doble vertiente:por un lado, la carencia de ideas sobre qué escribir; por otro lado, aun mucho más relevante, la cuestión de cómo puede encajar el mencionado trabajo en mi misión vital de conquistar el mundo.
El protagonista del Libro lo logra, sin duda. Casi se podría decir que en la materia propia del trabajo tendría que estar la clave de resolución de este dilema que me obsesiona y me tortura. La realidad, sin embargo, es que no encuentro la manera de que la monografía encaje de una forma coherente en mi noble aspiración y que termine cayendo inexorablemente en la indiferencia de la población mundial.
Pero también puedo decir que la frustración proviene en parte, justamente, de la materia sobre la que tengo que escribir. El protagonista, a mi edad, ya había conquistado buena parte del mundo; yo estoy en pañales, en la elaboración meramente teórica de un plan coherente en que las piezas encajen a la perfección para derivar en el inevitable triunfo de la empresa de conquista.
Estoy perdido en un laberinto cubierto de representaciones gigantes de Alejandro Magno que me pueden hacer perder tiempo valioso. Me es preciso tener en cuenta que el principal enemigo de las personas señaladas por un "destino vacilante" a conquistar el mundo es nuestro reloj biológico, la certeza de que la muerte puede tornar mi desorientación frustrante en una nimiedad.
Es mi primera encrucijada como héroe y en ella se cifra el futuro de la humanidad. Menudo problema.

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